lunes, julio 30, 2012

De como el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha llegó a Ruidera y las criaturas fantásticas a las que hubo de enfrentarse antes del fantástico encuentro en la Cueva de Montesinos


Cuando Alonso Quijano, más conocido como Don Quijote de La Mancha, llegó a Ruidera acompañado de su fiel escudero Sancho se sorprendió de cuan grandes eran las Lagunas de Ruidera que pensó que había alcanzado el mar, donde podría embarcar en busca de nuevas aventuras. Aunque nunca llegaría a embarcarse Don Quijote, el ingenioso hidalgo, no podía ni imaginarse cuantas aventuras encontraría ante tales lagunas y sus alrededores, pues bien conocida es la historia de la Cueva de Montesinos.
 Don Quijote y Sancho llegaron a Ruidera al atardecer donde se abastecieron de suculentos víveres y se alojaron en una posada cerca de las lagunas en la cuál el dueño quedó ampliamente sorprendido por la creencia de que Don Quijote creía haber llegado al mar y viendo el delirio que presentaba tan noble y armado caballero decidió no entrar en contradicción el hidalgo y decirle a todo así enviándole a embarcar en la Laguna Colgada, ya que por tamaño tendría entretenido durante más tiempo a este extraño caballero.

Así pues el Hidalgo y su escudero emprendieron el camino hacia la laguna que era el mismo que conducía a la localidad vecina de Ossa de Montiel, conocida por una fantástica leyenda en la que una osa de gran tamaño aterraba a caminantes y comerciantes que se movían entre ambos pueblos. Mientras soñaba con más aventuras y dragón rojo salió de entre la vegetación de la laguna del rey, a lo que nuestro caballero reaccionó sacando la espada y pidiendo el escudo a Sancho para evitar que con el fuego le quemase.
Sin embargo a pesar de la destrza de nuestro caballero el dragó esquivó todos y cada uno de sus ataques en vuelo posándose en los árboles y desapareciendo cada vez que el caballero de la Mancha intentaba ensartarlo con su espada, finalmente tras huir el dragón rojo Don Quijote se dió por satisfecho y vencedor de tan apasionante duelo. Sabiendo que el camino estaría lleno de criaturas mágicas Don Quijote continuó el camino con mucha más energía diciéndole a Sancho, amigo Sancho, se atento con el camino que lleno de magia es, sin  duda de la mano del Mago Merlín.
No habiendo pasado más de dos horas desde el enfrentamiento con el dragón  Don quijote advirtió la presencia de dos hadas, ¡Mira Sancho, son dos hadas, que vienen a bendecirnos con su magia buena!, a lo que Sancho contestó, mi señor, ¿Seguro que son hadas?, ¡Claro que si, Sancho! ¿Acaso dudais de las palabras de vuestro señor? Viendo Sancho que era inútil convencerlo de lo contrario decidió asentir a las palabras de Don Quijote. ¡Sancho! ¡Son dos hadas que vienen entrelazadas en forma de corazón para darme un mensaje de ánimo de mi dulce doncella Dulcinea del Toboso! Y con esta imagen el hidalgo aumentó la marcha pensando que la suerte estaría de su lado durante esta travesía que por momentos se volvía cada vez más emocionante. 
Una vez llegaron a la laguna Colgada encontraron un puerto, que Don Quijote afirmó que era un puerto de mar en el que un galeón les estaba esperando para emprender un viaje de ultramar, viendo Sancho que con las armaduras y las armas de Don Quijote se hundiría tan bella embarcación intentó evitar que Don Quijote se subiera, si bien estuvo a punto de conseguirlo la presencia de un monstruo marino de cuello largo que entraba una y otra vez en el agua hizo que se metiera en el galeón y dirigiérase a la lucha contra un nuevo enemigo. Sancho temiendo lo peor se subió a la embarcación y cuando estaban cerca del monstruo Don Quijote sacó la espada gritando ¡Muere monstruo marino del diablo!, en ese momento el galeón volcó y Don Quijote cayó al agua. ¡
Mi señor! gritaba Sancho mientras lo veía hundirse sin poder hacer mucho por él mas que intentar quitarle la armadura y recogerle las armas. En ese momento apareció nadando el galgo de Don Quijote que lo agarró y junto con Sancho lograron sacarlo del agua y reanimarlo. ¡Despierte señor, despierte! Gritaba Sancho una vez fuera del agua mientras Don Quijote se reincorporaba y creyéndose su propio sueño y delirio mientras casi se ahogaba relató como consiguió llegar al fondo de la laguna con sus espada dando muerte al terrible monstruo marino de largo cuello dedicándole esta nueva hazaña a Dulcinea del Toboso. Tras esta aventura, o desventura según se mire continuaron bordeando el mar hasta llegar al Castillo de la Rochafrida donde pasaron la noche acompañados de luminosas criaturas que según Don Quijote eran mensajeras de las hadas para llegar al día siguiente a la Cueva de Montesinos. Pero esa es otra historia.

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