domingo, mayo 08, 2011

Jugar a la guerra, destrozar el medio ambiente


Mientras que en una buena parte del mundo existe una situación de guerra, provocada en algunos casos desde el exterior, en otros desde el interior e incluso algún premio nobel de la paz realizando acciones armadas en la bahía de Cádiz cada se juega más a la guerra en los pocos espacios naturales que nos quedan. En el caso del camaleón parece que a algunos el juego, definitivamente, se les ha ido de las manos con las trincheras y la acumulación de mierda en el pinar. Este juego, que entre otras cosas frivoliza lo que es una guerra tomándola como un juego, afecta negativamente al medio ambiente pues construir estas trincheras se hace a costa de despejar zonas de vegetación, acumular ramas secas (que podrían incendiarse en el verano) y favorecen la entrada de suciedad con los acúmulos de sacos. La munición empleada se queda en el suelo y añade un continuo de bolitas de plástico que sin duda han de afectar a la fauna, especialmente la que se alimenta buscando la comida en el suelo. Mucho peor que el airsoft me parece el paintball que por mucho que al final recojan las bolas no explotadas de pintura al final la pintura se introduce en el ecosistema.

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