Este arroyo, altamente estacional, es el que da nombre a la finca de Gargantillas, de titularidad pública situada al noroeste del parque. Su nombre hace referencia a que es un arroyo de pequeña entidad que forma una garganta pequeña. Destaca la umbría que ayuda al tapizado de las piedras por el musgo y unos notables fresnos que bordean el arroyo. Como en otros tantos fresnos se nota la mano del hombre en cuanto a que se ven las huellas del carboneo, un tronco bajo y numerosos rebrotes. La luz del otoño, la hojarasca y estos árboles desprovistos de hojas conforman un escenario mágico digno de cuentos de hadas. El acceso a este lugar es fácil bajando desde la casa de Gargantillas, lo difícil es volver ya que es una fuerte subida, pero aun así vale la pena.
Cruces en el paisaje
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La Semana Santa es sin duda el mejor momento para admirar y contemplar, en
las calles y en los templos, el rico patrimonio artístico de nuestras
hermandade...
Hace 18 horas
3 comentarios:
Tiene pinta de ser un lugar realmente digno de visitar. Saludos.
Precioso, lo que transmite a mi estado anímico: creo que es de una belleza estremecedora pasear por aquel paraje tan lleno de quietud, armonía, silencio... he tenido la suerte de compartirlo contigo y con otos compañeros del viaje.
Nieves
... ya veo que has aprovechado bien tu estancia... (otra vez será...)
Abrazos.
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