Ya hacía años que no se veía caducar en condiciones a los tarajes, las suaves condiciones de los íltimos años hacía que el carácter caduco del taraje pasase casi desapercibido, cayéndolse unas hojas y recuperándolas rapidamente, pero este año el bosque de tarajes se ha teñido de marrón rojizo otoñal, aunque el taraje sigue siendo muy peculiar de todas maneras, aun no ha perdido toda la hoja cuando comineza a echar la nueva casi sin tener periodo de reposo. Las abundantes lluvias de este año están quedándose atrapadas en sus pequeñas hojas escamosas cayendo como lluvia para los que se atreven a pasar por debajo del taraje. Amantes de los lugares encharcados no encuentran competencia alguna cuando se forman los charcos, lugar que dominan los tarajes.
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