Era el último día y la hora de la siesta, aunque estaba cansado y me hubiera ido también había que aprovechar el privilegio de poder andar libremente por el parque y darme un paseo por los alrededores de la casa hasta La Raña, lugar en el que está terminante prohibido transitar a pie. Aquello estaba lleno de abejarucos y alcaudones, pero al entrar por el olivar escuché un silbido y vi volando un ave de gran tamaño a baja altura y cirniéndose continuamente, era como no un águila culebrera, águila inconfundible y más cuando te pasa por encima a poca distancia, esa tarde no descansé pero disfrute hasta el último momento de la estancia en el Parque Nacional de Cabañeros.
Poda abusiva de varios Ficus en el Colegio Mayor Hernando Colón de la US
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Este atentado ecológico urbano, se suma al maltrato que el arbolado viene
sufriendo desde años en la ciudad de Sevilla en forma, principalmente, de
talas...
Hace 12 horas
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